La higiene del oído es una parte integral de la vida diaria de cada persona. Pero no todo el mundo sabe cómo limpiarse los oídos correctamente. Según un estereotipo común, la limpieza de los oídos se realiza con bastoncillos de algodón que, de hecho, están lejos de ser seguros para el canal auditivo, ya que pueden lesionarlo. Cómo limpiar adecuadamente sus oídos sin palos, lo contaremos en este artículo.

El cerumen es una secreción lubricante producida por las glándulas sudoríparas en el conducto auditivo externo. El cerumen contiene enzimas y ácidos grasos, por lo que tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas.

Además, el azufre realiza otras funciones:

evita que el polvo, las partículas extrañas y el agua entren en el conducto auditivo externo;
hidrata la epidermis del conducto auditivo externo;
apoya el funcionamiento del sistema de conducción de sonido (amplifica la onda de sonido que pasa a través del canal auditivo).
Normalmente, el cerumen tiene una consistencia viscosa. Si aparece azufre líquido en los oídos, se debe consultar a un otorrinolaringólogo, ya que puede indicar dermatitis crónica y colesterol alto en sangre.

El color del cerumen puede variar de amarillo claro a marrón oscuro. La aparición de azufre negro en el oído puede indicar tanto la entrada de polvo o suciedad en los oídos como el desarrollo de una infección por hongos. El cerumen con restos de sangre puede ser un signo de perforación del tímpano.